La “poliladrona” que asaltó a un jubilado violó la prisión domiciliaria e irá a la cárcel
Daiana Orozco está acusada de robo simple. Por el mismo hecho, está con preventiva Leandro “Bocón” Vílchez.
Este martes, la Justicia ordenó que Daiana Orozco sea trasladada al Servicio Penitenciario. La mujer está implicada junto a Leandro “Bocón” Vílchez en el violento asalto a un jubilado en el barrio Amaro Burgos, de la ciudad de San Luis.
“Cobraste el aguinaldo viejo, te vamos a matar”, de esa manera Orozco y Vílchez amenazaron a Andrés Funes para despojarlo de $400 mil y un reloj. Todo sucedió en la vivienda de la víctima el 14 de junio en plena siesta.
Dos semanas después, formularon cargos a Orozco por ser coautora del delito de robo simple. La fiscalía de Instrucción N°2, solicitó la prisión preventiva por 120 días. Sin embargo, la jueza de Garantía, Agustina Dopazo Samper resolvió la domiciliaria por el plazo de tres meses.
La semana pasada, la Fiscalía de Ricardo Barbeito fue advertida porque la joven se fue de la casa de la madre, donde debía cumplir la medida de coerción. Luego la Policía la encontró en la calle.
En este sentido, Barbeito le formuló cargos por la violación del artículo 239 del Código Penal, esto es, desobediencia a una orden judicial. Y requirió la prisión preventiva. La defensa solicitó prórroga, que está corriendo por estos días.
En paralelo, el ministerio Público Fiscal pidió que en la causa por el asalto, sea trasladada a la Penitenciaría. Hoy se definió que será por 45 días. Hasta que finalice la prórroga, permanecerá alojada en una comisaría.
La teoría de la Fiscalía
La hipótesis es que Orozco, el mismo día del asalto, le robó a un policía con quien mantenía una relación. Ella había quedado en la vivienda del cabo Ariel Romero y cuando regresó, se encontró con que le faltaba el uniforme, un Smart TV y el cargador del arma.
Ese mismo día, junto a Vílchez se presentaron en la casa del jubilado de 88 años, golpearon y fueron atendidos por él. Le manifestaron que debían realizar un control municipal y lograron entrar.
Luego lo empujaron, golpearon y arrastraron al dormitorio. Mediante las amenazas de que lo iban a matar, le sustrajeron las pertenencias y huyeron.
En un canal cercano, se quitaron la ropa policial y se pusieron indumentaria deportiva. Pero un hombre logró verlos.
Asimismo, en un allanamiento en el domicilio de Vílchez estaban las llaves de Romero.